La República: Ventana de oportunidades cerrada

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El gobierno peruano debe de actuar rápidamente para incluir a todos los venezolanos en su respuesta nacional para el alivio y la recuperación frente al COVID-19.

Los efectos económicos de la pandemia están dejando a muchos sin sustento, incluyendo a los más de 830.000 refugiados y migrantes venezolanos que actualmente residen en el Perú. Sin seguridad laboral ni financiera y sin acceso a apoyos ni programas gubernamentales, miles de venezolanos están sufriendo los catastróficos efectos de la pandemia. La Defensoría del Pueblo reporta que el 89 por ciento de los venezolanos fueron despedidos de sus trabajos durante la cuarentena y que casi el 40 por ciento de los venezolanos en Perú teme ser desalojado, ya que no cuentan con ingresos para pagar el alquiler.

El gobierno peruano debe de actuar rápidamente para incluir a todos los venezolanos en su respuesta nacional para el alivio y la recuperación frente al COVID-19. Si no lo hace, las consecuencias para los venezolanos desplazados podrían durar años. Estos efectos negativos no ocurrirán de una manera aislada, sino que también tendrá efectos en los peruanos. Si los venezolanos no pueden acceder a oportunidades de ayuda humanitaria, atención médica, educación y oportunidades laborales, Perú no puede beneficiarse de las habilidades, la cultura y el éxito económico de los venezolanos.

Sin duda alguna, la pandemia ha creado una situación extremadamente difícil también para los peruanos. Sin embargo, los estipendios gubernamentales y otras redes de seguridad provistas por el gobierno ayudan a mejorar su situación, apoyos que no están disponibles para los venezolanos. El punto de mayor preocupación es que los venezolanos no están incluidos en la planificación nacional para la respuesta frente al COVID-19. Aunque el gobierno ha solicitado miles de millones de dólares de asistencia internacional para enfrentar las consecuencias de la pandemia, el presidente Vizcarra pidió a las Naciones Unidas que asumieran la mayor parte de la responsabilidad de proporcionar asistencia a los venezolanos. El presidente temía una reacción política, ya que el público peruano no apoyaría a los venezolanos que reciben la asistencia que también los peruanos necesitan. Las organizaciones humanitarias deben ser socios claves en el apoyo a los venezolanos, pero el gobierno debe asumir una mayor responsabilidad tanto en la asistencia humanitaria a corto plazo como en las medidas de recuperación a largo plazo.

El primer paso en un plan nacional que incluya a los venezolanos en la respuesta frente al COVID-19 es ampliar los canales de regularización, incluso mediante la reintroducción del PTP y otros permisos de trabajo. Esta medida es de suma importancia ya que brindaría protección y asistencia a los venezolanos vulnerables, mientras que también garantizaría sus contribuciones en la recuperación económica del Perú.

Además, el presidente Vizcarra debe expandir la asistencia a los venezolanos y brindar acceso a iniciativas de transferencias en efectivo tanto a los venezolanos como a los peruanos más vulnerables, evitando así que dichas poblaciones caigan en estados de pobreza más profunda. El gobierno debe trabajar junto con las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales y nacionales para expandir las campañas contra la xenofobia, como Tu Causa es mi Causa, y fomentar la solidaridad entre peruanos y venezolanos. Finalmente, el gobierno peruano debería condenar el sensacionalismo mediático y las descripciones inexactas de los venezolanos que alimentan las llamas de la xenofobia y la división.

Los peruanos tienen un profundo amor por su país y constantemente buscan formas de seguir adelante. Los venezolanos pueden ser parte de esa lucha y pueden contribuir en la construcción de un Perú económica y socialmente más fuerte e igualitario, si se les da la oportunidad. Si Perú no se mueve rápidamente, la ventana para mitigar estos daños se cerrará, dejando a los venezolanos en desventaja estructural por años.

 


Photo: © UNHCR/Regina de la Portilla